Recursos Extras de la Semana 5
Vista previa gratuitaRecursos extras del Programa Atrévete a Comer
Cuento
La compasión y la gratitud brotan del pensamiento «ESTO TAMBIÉN PASARÁ»:
- Ante momentos difíciles, de dolor, reconfórtate pensar que esto pasará.
- Ante momentos de alegría, de fortuna, recuerda que esto también pasará, así que aprovecha para mostrar gratitud por ello, no lo des por sentado.
¿Qué dice la ciencia de la compasión y la amabilidad?
¿Cuántas veces buscamos en la comida un poquito de amor! ¿Y dónde crees que se encuentra el amor?… se podría decir que en nuestros ¿corazones?
Y el mindfulness y la autocompasión van derechitos a nuestros corazoncitos, o mejor dicho a cultivar nuestra amabilidad y compasión. Además, la ciencia ha demostrado sus grandes beneficios: LINK ARTÍCULO LA VANGUARDÍA
[Si quieres entrenar la compasión tal y como se explica en este artículo te dejo una meditación del reconocido centro NIRAKARA: LINK]
Comparte tus agradecimientos, no te los guardes
Te animo a ir cazando al vuelo durante el día 5 agradecimientos del día y, si es posible, compartirlos como en este vídeo.
Wabi-Sabi
Del concepto HYGGE pasamos al Wabi-Sabi, con él aprendemos a ver la belleza de la vida. Por qué no agradecerlo…
Te proponemos el siguiente ejercicio: cada vez que entres en un espacio nuevo, párate, aprecia el lugar. elige algo que te resulte bello de él y agradéceselo.
Por qué permitirse llorar
Hace poco una mujer sabia me dijo: «Mi madre siempre decía que había que llorar, y que había que llorar delante de otros». Yo le respondí: «Sí, es cierto, pero no es fácil encontrar gente con la que llorar». Hablábamos del llanto profundo de una persona que está en un proceso de duelo. Hablábamos del llanto necesario para atravesar aquello que cada uno tenga que atravesar en un momento determinado. De ese llanto que llega, tarde o temprano, tras un trauma del tipo que sea.
Nos asusta el llanto de los otros. Nos preocupa. Especialmente si les queremos, si son nuestros hijos, nuestros padres, nuestros hermanos, nuestras parejas, nuestros amigos… Sentimos la necesidad de cortar ese llanto porque pensamos que así el otro dejará de sufrir. Y también, seamos honestos, para que nosotros mismos también nos quedemos más tranquilos. Cuando uno ve llorar a un ser querido, e incluso a un desconocido, uno mismo se siente mal, se siente incómodo cuanto menos. Es como si nos dijéramos: «Cortemos esto». Y tratamos de animarle.
Si no lloras, no tienes problemas, así que no he de preocuparme. Más de uno nos reconocemos en este pensamiento.
Desde pequeños a los niños se les dice «no llores», «no se llora», especialmente si uno es chico, o si es el mayor o la mayor de los hermanos. ¡Seamos fuertes! ¡Los fuertes no lloran! ¡Llorar es de débiles!
¿Pero qué nos pasa con el llanto?
El llanto drena, llorar es sano. Llorar nos ayuda a sacar todo aquello que vamos almacenando en nuestro inconsciente, que no queremos ver, pero que acaba saliendo. Hace dos días, hablando de esto con mi terapeuta, me decía:«Además, las lágrimas de uno vuelven a caer sobre nosotros. Sobre nuestra cara, se quedan en nuestras manos…» No es energía que perdemos, es energía que convertimos. Esas lágrimas nos limpian por dentro, y dejan espacio para que cosas maravillosas puedan florecer en nuestro interior: amor, creatividad, alegría, tranquilidad, crecimiento, consciencia, atención…
Llorar es desahogarse. Llorar es comprender y aceptar lo que nos pasa. Llorar es atravesar. Dice Alan Watts, entre otras cosas filósofo y sacerdote británico, que La mayor sabiduría reside al otro lado, inmediatamente al otro lado de la mayor desesperanza. Ese momento en que uno no encuentra salida, en que uno se siente bloqueado, está harto de todo, enfadado con la vida, muerto de miedo, triste hasta desear desaparecer… Ese momento puede cambiar y atravesarse si dejamos que el llanto salga.
Tememos llorar. Tememos que el llanto nos lleve a la depresión. Tememos llorar porque… ¿qué pasa si ahora empiezo a llorar y no paro? ¿No podré trabajar? ¿No podré cuidar de mi familia?
Tampoco queremos llorar delante de muchas personas porque sabemos que se sentirán incómodas, preocupadas, sin saber qué hacer.
Podemos pedir ayuda, personal o profesional, incluso podemos advertir al otro: te llamo porque necesito llorar con alguien, y te he elegido a ti. El que llama es valiente y el llamado es afortunado.
¿Y qué hacer si somos los afortunados? Nada, sostenerlo. Aguantarnos observándonos a nosotros mismos mientras llora nuestro ser querido y ofrecerle sólo lo que necesita. ¿Y qué necesita? Necesita que se le sostenga, necesita que se le abrace, necesita que se le observe, que se le acoja y que se le reconozca ese llanto. Nada más y nada menos.
Un terapeuta cuando su paciente llora, lo cual es muy habitual, no hace nada. Le observa. Le da su más pura presencia. Le da su escucha, su mirada, su comprensión, su aceptación y su reconocimiento. Se valida así el llanto del otro, se le da cabida.
Sólo así uno puede aceptar que en determinados momentos se llora, a veces sin saber por qué. Mejor simplemente dejar que las lágrimas caigan. Unas veces serán en silencio, otras veces serán con gran congoja. Unas veces lo haremos en la intimidad de nuestro cuarto y en nuestra soledad. Otras veces querremos compartirlo con un profesional, o con alguien que nos importe.
Personalmente cuando alguien se abre a mi y me entrega su llanto, me entrega su vulnerabilidad. Me entrega uno de sus bienes más preciados y más escondidos. Y yo me siento honrada por ello. Y agradecida. Es para mi un honor, tanto a nivel personal como profesional, que alguien me elija para abrirse de ese modo, porque eso quiere decir que no se va a sentir juzgado ni criticado. Simplemente se va a sentir acompañado.
Efectivamente: ¡Seamos fuertes! Seamos capaces de desnudarnos, solos o con alguien a quien escojamos. Llorar no es de débiles. Llorar es de valientes que se atreven a entregarse al dolor y que saben que, al final, habrán subido a otro nivel. Si somos capaces de llorar podremos sostener el llanto del otro.
Fuente: Antiguo blog de «Un bosque tranquilo»
Mini mini meditación del amor
Resulta ideal al despertar, beber agua y realizar una breve meditación con alguna frase meta/amor bondadoso antes de iniciar el día.
Meditación Compasiva de tu Cuerpo de Manu Mariño
¿Quieres escribir la Carta al Cuerpo pero tienes dificultades para conectar con el cuerpo? pues te recomendamos esta meditación, perfecta para realizar antes de comenzar con este ejercicio de escritura.
¿Nos sacamos a pasear?
Una vez más te animamos a practicar el hábito “Muévete” con un divertido vídeo.
Los que tenemos perros, sabemos que por suerte ellos siempre nos van sacan a pasear a nosotros… je je je.
Te sorprende darte cuenta de que si tienes un perro te responsabilizas de sacarlo a pasear mínimo 2 veces al día, de darle cariño, de que tenga comida nutritiva y adecuada para su cuerpecito, de que se divierta, etc. etc. y etc. … ¡¡¡Pero de ti mismo no!!!
Consejo perruno: deja de utilizar tu cuerpo como “compensa calorías” y sácalo a pasear cada día para desestresarlo y alegrarlo.
Autoregulación = autocuidado consciente
Mira, así era mi no-regulación antes del programa Atrévete a Comer ¿Te suena familiar? Ja ja ja
¿Cómo sientes la saciedad?
¿Vas conectando mejor con las señales físicas de saciedad? Empiezan por sensaciones muy sutiles a cada vez más claras e intensas, solo es cuestión de práctica y más práctica. Date cuenta de las pistas que te da tu cuerpo…
[Aunque el «ayuno consciente» nos suele ayudar bastante con este hábito, sabemos que esta semana ha estado muy completita y deja poco tiempo para la práctica del hábito. Pero tranquilo/a, la próxima semana disponemos de más experiencias de aprendizaje orientadas a trabajar con el 4º hábito SÁCIATE]
¿Aprendemos a abrazar (y abrazarnos) así?
Nos resulta imposible cerrar este bloque sin hacer mención al tacto bondadoso. Así que ahí va un mini vídeo para animarte a acariciar con la máxima ternura.
ACTIVIDAD CLAVE
Si solo pudieras hacer una actividad esta semana, te lo ponemos fácil, quédate con ésta:
Realiza el reto del «Ayuno Consciente» en cualquiera de sus versiones